El Zapote blanco se llama Casimiroa edulis y pertenece a la Familia Taxonómica de las Rutaceae; se trata de un árbol de unos 10 a 20 metros de altura; es originario de México, de las regiones templadas como el Valle de México y las zonas cálidas del País; crece entre los 500 y los 2600 metros sobre el nivel del mar.

El Zapote blanco es un cultivo milenario, pero también es de recolección silvestre; forma parte de los alimentos mexicanos desde el inicio de la agricultura, hace unos 10 mil años. Además de ser una planta alimenticia, las hojas hervidas en agua como te, se usan para bajar la presión arterial; y con ésa indicación se recomienda en los hospitales del IMSS desde los años setentas y el día de hoy, las hojas se recetan en 14 hospitales de la Secretaría de Salud, conocidos como Hospitales Integrales; en los cuales atienden curanderos de la región y médicos alópatas; todos sólo en zonas rurales.

Cien gramos de la pulpa del Zapote blanco proporcionan 157 kilocalorías; el 49% de su peso es agua y el 36% son Carbohidratos; el 1% es Fibral cruda; Proteína: 1.3% y Grasas: 0.8%.

El Zapote blanco, como todas las frutas, tiene una gran cantidad de antioxidantes, además de vitaminas, pues por cada 100 gramos de pulpa, nos proporcionan Vitamina A: 12.5 ug; Vitaminas del complejo B: B1 Tiamina con 180 ug; B3 Niacina: 3300 ug: Vitamina C: 40 mg.

También es fuente de minerales: Calcio 36 mg; Fósforo 36 mg: Potasio 18 mg; Hierro 0.7 mg; Sodio 135 mg. Los antioxidantes; además de prevenir cáncer, previenen la diabetes y las enfermedades autoinmunes como la artritis, osteoartritis, el lupus, etc, además, reducen la oxidación del colesterol, lo cual se ha medido a través de la reducción de la homocisteína y por este mecanismo se previenen los infartos.