Consumir insectos forma parte de las tradiciones culinarias de los pueblos milenarios de México; de las decenas de miles de especies de insectos, más de 500 de ellas, forman parte de los platillos que todos los días se consumen en varios Estados de la República Mexicana.

La Hormiga Chicatana se llama Atta mexicana; se trata de un insecto comestible muy común en la gastronomia milenaria de los Estados del Sureste mexicano como Veracruz, Oaxaca, Chiapas. Tabasco y la Peninsula de Yucatán, crece en los climas cálidos y húmedos.

Muchos especialistas consideran a los insectos como la fuente de proteína animal del futuro, ya que se puede producir en grandes cantidades y a bajo costo, en comparación con la producción de aves, borregos, cerdos y reses, pues los aminoácidos que forman las proteínas de todos los animales son los mismos 20 y con la ventaja de no contener colesterol ni ácidos grasos saturados en la proporción de los animales mamíferos.

La Hormiga Chicatana deshidratada y molida, nos proporciona 586 kilocalorías; con una humedad del 3.24% y con una cantidad de fibra dietética del 7%; con un contenido de proteína del 45%; más del doble que la carne roja con 21% y con el 40% de su peso en grasa que no es colesterol ni predominan los ácidos grasos saturados de las carnes rojas.

Los Chapulines de Oaxaca contienen el 34% de proteína y también están considerados en los alimentos del futuro, sobre todo deshidratados y molidos, adicionados en los platillos de la población más desfavorecida económicamente.

100 gramos de Hormiga Chicatana deshidratada, nos proporcionan 90 miligramos (mg) de calcio; 10 mg de Hierro; 430 mg de Magnesio; 1800 mg de Sodio; 1200 mg de Potasio y 50 mg de Zinc.

La Hormiga Chicatana deshidratada, también nos proporciona grandes cantidades de Vitamina A con 39 mg y Vitamina E con 2.68 mg; falta por determinar las cantidades de las demás vitaminas.